
El hecho de bajar el precio de un inmueble aceptando lo que dice el mercado, no significa que se está rifando o regalando esa propiedad, sino que se está aceptando la relatividad de los valores de las cosas, donde con menos dólares se compra hoy, a 65 lo que hace un año valía 90.
Nos resulta un poco difícil comprender ese concepto en un país donde nada baja, pero esa es la realidad del comportamiento del mercado actual con respecto a los inmuebles. Por otro lado, si un cliente no quiere bajar el precio de su propiedad, está en todo su derecho de no hacerlo, y lo más probable es que no tenga ni urgencia ni necesidad de hacerlo; y si dice que si la tiene pero que quiere vender al precio que él propone, entonces sus mismas palabras lo condenan.
También puede ocurrir que termine vendiendo su propiedad a un precio mayor de lo que marca el mercado. Y si… si tiene muuucha suerte. Es como en las películas: hasta el más feo se puede casar con la chica bonita.
Bajo este punto de vista es difícil que alguien compre una propiedad si está fuera del precio del mercado y peor aún si existe mucha competencia u oferta como en el caso actual del 2021. Tiene que haber una necesidad o una conveniencia muy grande para que alguien se aventure a pagar más de lo que el mercado marca que vale.